En enero de 1883 volvió a la isla de Cuba, en cuyo apostadero permaneció, prestando diversos servicios, hasta agosto de 1884, cuando, embarcado de transporte en la fragata Concepción, volvió a Ferrol, donde fue asignado al arsenal de aquella ciudad. En noviembre de 1886 solicitó el retiro del servicio, a consecuencia de su mal estado de salud.